El boom de la economía española saca lustre al rating de la deuda, pero la remontada está siendo lenta y los puestos de Champions están lejos

Fte. El Economista

España vuelve a situarse en el foco de las agencias de calificación. Casi dos décadas después de la euforia de la anterior burbuja inmobiliaria, el país encara revisiones al alza en su deuda soberana gracias a un crecimiento que supera la media europea y a unas cuentas públicas más equilibradas, pero no está siendo la remontada más espectacular de los países que más sufrieron tras la crisis de 2008. La deuda española antes del episodio traumático tenía la triple AAA, codeándose con Alemania.

Volvamos al 11 de septiembre de 2007. José Luis Rodríguez Zapatero, por entonces presidente del Gobierno, no sabía (o no quería saber) la que le iba a caer encima al país cuando dijo: "España está en la Champions League de la economía". La mayor crisis financiera desde 1929 estaba rozando ya su punto de cocción en EEUU y en España iba a aterrizar con virulencia, pinchando una enorme burbuja inmobiliaria que se venía gestando en los últimos años.

Parte de esa euforia venía a cuento, primero, por la velocidad de crecimiento de la economía. El PIB crecía muy por encima de la zona euro y de casi cualquier país. Y las agencias de rating (Moody's, Fitch y S&P), las mismas que en el último mes han mejorado la calificación de la deuda española, otorgaban la triple A, el máximo grado de solvencia que se puede otorgar.

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